En la sociedad actual se dan diversos problemas a los que siempre se intentan buscar soluciones. Pero, ¿qué pasa con los problemas silenciosos? Los problemas que guarda el silencio, y solo las víctimas lo reconocen, son los que más hay que tratar. En estas fechas navideñas el problema de la soledad es uno de los más difíciles a combatir.
La sociedad cada vez se vuelve más individualista, lo que ocasiona que muchas personas mayores queden en el olvido, agravando el sentimiento de soledad. Algunos quedándose solos en sus casas a su suerte y otros, más afortunados, en residencias donde el sentimiento que les envuelve en su día a día es el aburrimiento. Recientemente, el Ministerio de Salud publicó un estudio sobre el tema de la soledad en el que se concluyó que en los últimos años este sentimiento ha tenido un significativo agravamiento, especialmente en personas mayores. Asimismo, se declaró que este sentimiento afectaba tanto a la salud mental como a la física.
No obstante, para poder solucionar este problema también hacen falta medidas del Gobierno, integrando métodos o actividades sociales que no solo mitigarían los efectos de la soledad, sino que fomentarían la integración de personas mayores en la sociedad. En España, actualmente, hay fundaciones cuyo objetivo es, precisamente, reducir este problema.
La soledad es uno de los grandes desafíos de la sociedad. Combatirla requiere nuestra responsabilidad colectiva para poder reducir este silencioso problema. Por ello, ahora, y más en estas fechas donde lo que reina en el ambiente es la paz y la felicidad, hay que integrar a estas personas que se sienten en la oscuridad de la soledad. Estos días festivos son para pasarlos en nuestros hogares, que más allá de ser una casa, es una familia. No nos olvidemos de nuestros mayores que siempre conservarán su niño interior.